Spoiler alert: ve a tu ritmo, todo es camino...
1) Empieza por lo que te sea más fácil: Plantearse metas realistas, alcanzables, medibles y fáciles de practicar en tu día a día, puede ser la clave para iniciar este proceso manteniendo encendida tu motivación.
Te digo esto porque un error súper común (ya no solo en cuestiones de alimentación, sino en la vida en general) es que inicies un cambio sin un propósito claro que te mueva a hacerlo, o simplemente que ese cambio implique demasiada exigencia o saturación en alguna área de tu vida, lo cual lo convierta en el mediano-largo plazo en un hábito insostenible que lejos de conseguir el objetivo de reducir el consumo de carne, te termina frustrando y fomentando la idea de que «no eres suficientemente buena/o y que por eso no lo consigues», cuando a lo mejor es la forma en cómo lo estás planteando.
Ok, ahora traducido a un ejemplo concreto sería:
- «Deseo reducir el consumo de carne roja, para ello, puedo comenzar reduciendo el lomo de res (actualmente lo consumo 4 veces por semana), no me importaría probar otras alternativas tan sólo 2 veces por semana como legumbres o derivados en lugar del lomo, lo voy a probar por 15 días y observaré cómo me siento…
Recuerda que estás aprendiendo y que como todo en la vida, es normal no hacerlo perfecto, siempre es importante consultar con un nutricionista especialista que te guíe si tienes dudas sobre cómo iniciar en tu condición particular de salud.
2. Descubre opciones con la mirada curiosa de un niño:
Atrévete a probar y jugar más en la cocina: sí, jugar, como cuando eras niña/o, sin mucha expectativa más allá del ¡arriesgarse y probar!
Sé que este paso puede costar un poco…cuando te has formado como un adulto estructurado y conservador que no sale de la zona de confort de sabores, texturas y combinaciones que te ofrecieron desde tu infancia (súper normal que te suceda)…pero si buscas alternativas, te animo a poner el foco en incluir en lugar de eliminar, es necesario que arriesgues un poco y rompas esos paradigmas (incluso hasta para darte a ti misma/o la razón y decir: definitivamente las lentejas no son lo mío)….o que digas: ¡OMG me fascinan en formato hamburguesa! 🙂
3) Aprende a incorporar reemplazos nutricionalmente interesantes:
Aquí te dejo un post sobre reemplazo nutricional vs culinario para que no te confundas con las típicas infografías de Pinterest que dicen que los champiñones y el aguacate son fuente de proteína vegetal (no, no lo son).
+Consejo: Conocer comunidad y compartir con personas que están en este proceso puede ser muy nutritivo para tu proceso de reducir tu consumo de carne y productos de origen vegetal, te dejo algunos recursos con recetas, restaurantes, productos y consejos que te pueden ser de gran ayuda:
¿Conoces alguna otra estrategia que pueda aportar a nuestra comunidad? te leo 🙂